Como Funciona La Terapia V.A.C.
La terapia de cierre asistido por vacío (VAC) es un sistema no invasivo y dinámico que ayuda a promover la cicatrización mediante la aplicación de presión negativa en el lugar de la herida, favoreciendo la reducción del área de la herida, eliminando el exceso de fluidos y estimulando la angiogénesis. a familia de dispositivos V.A.C.
se utiliza para ayudar a estimular la cicatrización de las heridas a través de una acción multimodal, bajo la influencia de una presión negativa continua o intermitente, junto con un control de retroalimentación en la zona de la herida (tecnología T.R.A.C.). La terapia V.A.C. es un sistema integrado que utiliza un apósito de esponja de poliuretano o alcohol polivinílico que actúa como intefaz entre la superficie de la herida y la fuente de vacío.
El apósito de esponja se cubre mediante una lámina selladora adhesiva transparente semioclusiva (V.A.C. Drape). Se aplica después una almohadilla SensaT.R.A.C. (con tubos integrados) y se conecta a la unidad V.A.C.. Según la autorización de la FDA, la Terapia V.A.C. está indicada para pacientes con heridas crónicas, agudas, traumáticas, subagudas y dehiscentes, quemaduras de espesor parcial, úlceras (como las diabéticas o de decúbito), colgajos e injertos. El uso de V.A.C. GranuFoam Silver puede ayudar a reducir la infección en los tipos de herida en que está indicado.
ÚLCERAS EN EL PIE DIABÉTICO Los propósitos y objetivos del uso de la Terapia V.A.C. para el tratamiento del pie diabético son: Facilitar la granulación del tejido Proporcionar un entorno de cicatrización cerrado y húmedo Eliminar el exudado y los materiales infecciosos Preparar la herida para el cierre quirúrgico Como sucede con otras patologías, el éxito del tratamiento de las úlceras de pie diabético depende del diagnóstico exacto y tratamiento de la enfermedad subyacente combinado con el desbridamiento del tejido no viable y la descarga de la presión.
Para prevenir las complicaciones es esencial la identificación precoz y el tratamiento rápido de la infección, lo que puede ser difícil en los pacientes con diabetes porque pueden faltar los signos clásicos de dolor, eritema, calor y secreción purulenta.